Después de un tiempo sigo pensando lo mismo.
Pienso que no se podrá encontrar nunca a esa persona que te hace feliz. Siempre cuando estas en el punto álgido de la alegría, siempre, cae algo malo. Te dice algo que no te gustaría escuchar de el.
Pero es así.
Lo escuchas.
Cierras los ojos durante unos minutos para poder creer con fuerzas de que es una broma, o una pesadilla.
Te das cuenta que no es un sueño cuando una lagrima se derrama rápidamente, dejando una huella húmeda en la cara.
Una huella que es tan fuerte que te cae al suelo. Te presiona en el pecho y no es capaz de bajar mas de la tierra.
Intentas atrapar un pañuelo, algo liviano para poder quitar ese peso y borrar de tu cara esa marca de tristeza. Lo consigues eliminar, pero solo durante un momento escueto.
Notas de golpe que de tus ojos brotan lagrimas como si de un manantial fuera, si. Un manantial de amor destrozado por el invierno de tus palabras, de tus hechos, de tus miradas...
Espero que después de un tiempo se borren esas lagrimas con otro pañuelo mas liviano, pero en ese momento ya sabré lo que hacer.
Mi corazón dejará de ser tan efusivo, dejará de demostrar a toda la gente que es sensible, dejará de creer en las personas.
Y siempre, será así.
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