martes, 25 de junio de 2013

¿De que sirve llorar?




¿Porqué lloramos?
¿Porqué cuando estamos felices lo hacemos? ¿Porqué también lloramos al estar triste?

Nunca podré explicar las lagrimas de felicidad, no tengo tanta experiencia. Esas son las que sientes una alegría tal, que no basta con la risa o la sonrisa, si no que se demuestran con las lágrimas. Lágrimas de felicidad. Lágrimas dulces.

Ahora, lo que si puedo hablar son de las lágrimas de tristeza, las lágrimas saladas. Esas que te saltan por tonterías, por un recuerdo, por una traición, por alguna ilusión...
Lágrimas saladas como los sentimientos que haces sentir, los que una vez sentí y borré, pero otra vez recordé.

¿Porqué todo lo recordado vuelve a mi?

Por que todo lo que una vez creí terminado vuelve... puto destino. Maldito el momento en el cual vuelvo a sentir cosas, sean bonitas, sean preciosas, pero sin ningún final en el cual será bonito, será como antes, será precioso, un final que se desvanece por cada día que te hablo y no me siento querido, no me demuestras ser querido.

Sentirse querido, una pequeña muestra de cariño, aunque sea ínfima, de esa persona que te debilita con una guerra de miradas, de aquella persona que no sabes lo que está haciendo. Si juega con tus sentimientos o tiene miedo, como yo, de demostrar los suyos a la persona que quiere, a la que echa de menos, a la que realmente a querido, hemos querido.

Quisiera aprender de la vida cuando la experiencia me llama a la coherencia y a la razón. Ella me dicta que me abra, que le demuestre, aun mas que realmente me gusta, que siempre ha estado en mi mente, que no ha sido uno mas.

¿Que crees que estoy haciendo?

Ahogarme en pequeños versos de tinta para no fastidiar nada. Ya que se que nunca lo leerás, ya que se que no te importo mas que una noche desenfrenada, ya que se que no sabes lo que hago, te lo diré, quererte a escondidas, en silencio.


Aunque, puede que me equivoque. Eso nunca lo sabré.


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